Morelia, Michoacán, a 30 de marzo del 2022.- La Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) invita la población a prevenir el sarampión y la rubéola, a través de la vacunación. Los niños y niñas de uno y seis años de edad, deben recibir esta protección, así como un refuerzo a partir de los 12 años.

Los adultos deben también solicitar su refuerzo de una sola dosis, en su centro de salud más cercano, presentando la Cartilla Nacional de Salud.

El sarampión es una enfermedad viral que puede prevenirse a través de la vacunación. El grupo más susceptible de adquirirlo es la población infantil y las mujeres embarazadas que no se han vacunado.

Los síntomas cambian conforme se desarrolla la enfermedad. El primer signo es la fiebre alta que dura entre 4 y 7 días y se presenta después de 10 o 12 días de estar en contacto con el virus. Durante la fase inicial del sarampión puede haber congestión nasal, tos, ojos rojos con secreciones y manchas blancas en la parte interior de las mejillas.

Posteriormente se produce exantema, es decir, una erupción rojiza en la piel que dura de 5 a 6 días e inicia en la cara y parte superior del cuello, se extiende hasta cubrir el cuerpo en un periodo aproximado de 3 días y luego desaparece.

El sarampión puede tener complicaciones graves, incluso ser mortal. Algunas de las complicaciones son neumonía, encefalitis, diarrea grave e infecciones del oído y respiratorias, por ello, la importancia de la vacunación.

Es importante mencionar que una persona infectada con sarampión, trasmite el virus a través de las secreciones de la nariz y la faringe. Cuando tose o estornuda, las gotitas de saliva que expulsa pueden transmitir el virus y causar la enfermedad.

No existe un tratamiento antiviral específico para el sarampión. Sin embargo, las complicaciones graves se pueden evitar con una nutrición adecuada, la ingesta de líquidos, el tratamiento de los cuadros de deshidratación, la prescripción de antibióticos en caso de ser necesaria (por infecciones de ojos, oídos o neumonía) y la suplementación de vitamina A. Este último, con un comprobado efecto para reducir la mortalidad.