ZACÁN, Michoacán, octubre de 2021.- Ha pasado la fiesta religiosa, en honor al San Lucas, el protector del ganado vacuno; es el día siguiente, seguramente el más esperado por muchos, para convivir con muchos que han llegado de todas partes a visitar su pueblo querido. Para vivir la adrenalina del Toro de Once.
Refiere Guillermo Huanosto, en sus apuntes, “El Toro de Once en Zacán”, que el día después de la fiesta del 18 de octubre de cada año, se escucha en el cielo, el estruendo del cohete a las 11 de la mañana, que anuncia la salida del toro hacia la casa del carguero, de aquel que es responsable de realizar la festividad religiosa.
Aquí, quiero hacer un reconocimiento al grupo de personas, que lazo en mano, son los encargados de controlar al toro. Traté de buscar el nombre de cómo se les conoce, pero lo más cercano, son dos.
Uno, el de Caporal, según la Real Academia Española (RAE), es aquella persona que tiene a su cargo el ganado. Otra, Lazadores, en el Diccionario del Español de México (DEM), lo relaciona así, “del temple de las reatas, depende el éxito de un lazador”.
Vamos a dejarlo con el término de Lazadores, en lo sucesivo. En lo personal y varias personas consultadas, no se recuerda quiénes, cómo y cuándo inició esta tradición del Toro de Once, pero debe ser desde el siglo XIX.
Hay antecedentes que hace unos 25 años, algunos de los lazadores fueron, Ramón Galván, Nicho Niniz, los hermanos Celedonio, Agustín Huanosto Alfaro y Heriberto López.
Pero bueno, luego del cohete, a las 11 de la mañana, el toro es adornado con papel picado y listo para salir de la casa del carguero, para recorrer varias calles del pueblo. Son dos paradas obligadas, en La Pilita y la cancha de basquetbol de la plaza.
Quienes acompañan este recorrido, visten, en su mayoría, como lo marca la tradición, camisa o guanengo bordado a base de punto de cruz; faja o rebozo. El infaltable sombrero de palma y el morral, donde han de cargar las bebidas.
Una, dos o hasta tres bandas de música de viento, tocan todo el recorrido; los cientos de acompañantes, van detrás del toro que es controlado por los lazadores, son quienes llevan las riendas del toro.
En los recientes 10 años, o un poco más, el grupo de lazadores se ha mantenido más o menos compacto, y podemos señalar a Miguel Campos Murguía, Juan Huendo Jacobo, Juan Carlos Paz Aguilera, Juan Raúl Garabito Méndez, José Luis campos Murguía, Serafín Medina Campos y Alejandro Sánchez Aguilera.
El famoso Toro de Once, es el preludio del jaripeo ranchero. Recuérdese que el San Lucas, está considerado el protector del ganado vacuno; por ello, la imagen en la iglesia, tiene un toro pinto al pie. Los ganaderos, acuden cada año a bendecir un “torito” de barro, para que les vaya bien en su hato ganadero; tengan más crías, buena leche y mejor carne. ((Lamberto HM).