ARENA SUELTA
POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS
Los partidos políticos no mueren de causas naturales pues se suicidan, una vez que eligen que los representen los mismos de siempre, sin mostrar un atractivo basado en las ideas o en una plataforma política de vanguardia que muestre senderos claros para acabar con las penurias que afligen al pueblo, y que hacen que la vida los electores sea miserable o se engañen en la falsa felicidad que obtienen al recibir paliativos o placebos a su hambre o pobreza de años.
La muerte de un partido político comienza, cuando vende sus postulados por el poder, cuando empeña sus ideales para satisfacer a un pequeño grupo de personas, olvidando a la mayoría del pueblo, cuando prostituye su ideario para adecuarlo al capricho del que paga, y que, con tal de seguir manteniendo sus intereses a salvo, son capaces de jugar con la necesidad del pueblo.
No puede ser natural una vida democrática que se sale de todo principio legal, ético o moral, es más bien antinatura, una elección que no dará como resultado la voluntad popular, y que premiara con el o los cargos a los que conforme a derecho obtuvieron la mayoría en las urnas.
En muchos países tiene tiempo que se transitó al parlamentarismo, y en la figura de un primer ministro o ministra, recae la responsabilidad de llevar las riendas de un país, en otros se ha optado por ir a segundas vueltas, para que quien preside el gobierno sea quien esté más legitimado con la mayoría de los votos de sus ciudadanos, pero habemos otras naciones como la mexicana, que permanecemos en un presidencialismo rancio que aunado al sistema político actual, se presta a la corrupción y la compra de cargos, debido a que no apremia la participación de nuevas figuras, sino que por el contrario ha permitido la permanencia de cacicazgos que incluso se han convertido prácticamente en dueños de municipios enteros, si no es que hasta de estados, o, ¿por qué cree usted que algunos sólo han brincado de partido en partido, y de cargo en cargo?, teniendo como panacea vivir del erario y no el servir al pueblo, pues es porque tenemos un sistema que así lo permite.
Si cada pueblo tiene el gobierno que merece, vale la pena hacernos estas reflexiones, ¿nos merecemos a estos políticos?, ¿Por qué seguimos permitiendo que nos gobiernen las y los mismos?, y la respuesta la encontramos en la conciencia y la razón que permitimos se limite a votar por los que compran la voluntad, o bien porque nuestro nivel intelectual no da para más.
Los partidos políticos se están suicidando, porque no hay mal que dure cien años, y porque algunos tenemos la esperanza de transitar a un sistema que no se preste para poner a los amigos y compadres, como alcaldes, gobernadores, o diputados y senadores plurinominales, es decir, sin ir con el electorado a ganarse el puesto con propuestas, si no que además de no saber del quehacer legislativo, se limiten como las focas, a aplaudirles a sus jefes y levantar la mano, sin una superficial o profunda reflexión de que lo que hacen no les afecta o beneficia sólo a ellos si no a todo un pueblo.
El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe, por eso dejemos que sigan quitándose la vida, esos que no merecen representarnos, y que sea su muerte natural el desprecio social, e impidamos que se usen a los verdaderos líderes, o a aquellas y aquellos que tengan ideas nuevas y frescas sólo para mantener el registro que permita que los sigamos manteniendo. La democracia mexicana, sigue siendo de las más caras del mundo, por lo tanto, si es tan costoso lo que se paga, valdría la pena tener a los mejores representantes, pero usted como yo sabemos que eso no es cierto.