-Araceli Saucedo, víctima de violencia política en razón de género contra la mujer

-Frente a la violencia de la que ha sido objeto en los últimos días, este lunes la senadora presentará denuncia ante la Fiscalía General de la República por amenazas, daño a la propia imagen y violencia

-Es tiempo de las mujeres que vive México estas conductas inadmisibles

En México la violencia política en razón de género contra la mujer no debe tener cabida, y es deber de todas y todos combatirla y ponerle freno con los instrumentos legales que rigen al Estado Mexicano.

En congruencia con ello, y frente a la violencia de la que ha sido objeto en los últimos días, la senadora Araceli Saucedo Reyes presentará una denuncia ante la Fiscalía General de la República por amenazas, daño a la propia imagen y violencia debido a las agresiones contra su persona y familiares.

El legítimo derecho a la crítica sobre las determinaciones que toman las y los representantes populares, no debe transitar hacia la frontera de la violencia, poniendo en riesgo la integridad de la persona, ni menoscabar la calidad y capacidad de una mujer como política, con constantes muestras de violencia simbólica en su contra.

Toda acción u omisión, incluida la tolerancia, basada en elementos de género, ejercida en la esfera pública o privada que busque o limite, anule o menoscabe el ejercicio efectivo de los derechos políticos de las mujeres, y su libre desarrollo de la función pública y en la toma de decisiones, es violencia política en razón de género, y por tanto factible de ser sancionada.

Es inadmisible en los tiempos actuales, para cualquier persona este tipo de situaciones, porque la violencia política por razones de género afecta los logros obtenidos por las mujeres mexicanas durante décadas de lucha para su plena participación política en el país.

La senadora ha sido objeto de amenazas, hostigamiento y calumnias que dañan su identidad, además que vulneran y ponen en riesgo su integridad y la de su familia.

Las afirmaciones han tratado de menoscabar su calidad y capacidad de mujer como política, con constantes muestras de violencia simbólica en su contra.