Juana Rafaela Magallón Sánchez inició como auxiliar de área médica en el Hospital Rural (HR) de Coalcomán, perteneciente al Programa IMSS BIENESTAR, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Michoacán, cuando en 1994 este nosocomio abrió sus puertas en la región más agreste y alejada de la entidad, donde parecen abrazarse la costa y la sierra occidental michoacana, aledaña a Colima.

 Desde entonces no ha dejado de estudiar y de prepararse académicamente para mejorar la atención que brinda a los beneficiarios que carece de seguridad social y que sólo tiene como baluarte a este hospital.

Prosiguió la licenciatura de enfermera general bajo las siglas de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO), dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Cuando inició la atención de pacientes por la emergencia sanitaria derivada de la COVID-19, nos preparamos con las capacitaciones, equipo, insumos y todo lo necesario. Para ello ha sido una gran satisfacción aplicar nuestros conocimientos frente a los enfermos a los que ayudamos a salir adelante o a salvarse”, aseguró.

Sin embargo, prosiguió Magallón Sánchez, actualmente estoy estudiando la maestría en Salud Pública, también por la UNAM, porque me veo en la necesidad de seguir preparándome para brindar mis cuidados a quienes así lo necesitan y porque, aparte de ser una obligación, conforme pasa el tiempo nos enfrentamos a nuevos retos y nuevas enfermedades como esta pandemia.

Ahí en esa región, donde se transita por brechas estrechas de terracería para salir del hospital enclavado en la sierra y llegar hasta al nivel del mar, para participar en las campañas de vacunación, la enfermera Magallón recuerda que en muchos sitios no hay donde resguardarse del sol o de la lluvia “pero el hecho de desplazarse tan lejos para llegar a atender a pobladores en precarias condiciones es una gran satisfacción”.


“Existen comunidades enteras cuyos pobladores carecen los medios para desplazarse al hospital y entonces somos nosotros quienes accedemos a dichos sitios para atender a la gente”, añadió.

Señaló, finalmente, que el IMSS-BIENESTAR ha cambiado el rostro de muchas comunidades y de mucha gente a lo largo de los años y de ese cambio de rostro, Juana Rafaela ha sido testigo y partícipe.